Los asuntos privados no tienen relevancia en la vida pública ni en el mundo del poder, aunque no escapan a su jurisdicción y se pueden volver asuntos públicos (regulados por el Estado) en cualquier momento.

 El hombre es un ser que vive en sociedad, en compañía con otros seres. Cada persona tiene su historia, su forma de pensar, de tomar decisiones y de actuar. Estas decisiones deberían importar sólo a la persona en cuestión. Decisiones como a qué dedicarse, en dónde trabajar, a quien amar, cuándo bañarse, qué tomar, qué comprar o qué estudiar deberían ser responsabilidad exclusiva de cada individuo. ¿Cuándo se convierten en asuntos públicos las decisiones que deberían ser privadas? Para contestar esa pregunta veamos un poquito de historia.

Asuntos privados de carácter público

Lo privado se vuelve público

 

Es en la Antigua Roma donde se comienza a regular lo privado de manera pública. Las decisiones que deberían de ser de interés personal (como el matrimonio) se convierten en asuntos públicos porque los grupos de poder ponen reglas al comportamiento de las clases sociales más bajas. Así los esclavos o las mujeres, que eran considerados objetos, no tenían poder de decisión personal y tenían que regir su vida por las leyes impuestas.
En Mesoamérica las primeras aldeas que surgen no distinguen entre asuntos privados de asuntos públicos, se vivía en un régimen comunal, no existía división de clases y no había un gobierno que controlara la toma de decisiones. Pero las ciudades comenzaron a crecer, unas más que otras, surgieron las clases sociales, las sociedades guerreras y más fuertes que dominaron a las más débiles.
Cuando surge la división de clases sociales los asuntos privados se convierten en asuntos de carácter público porque la clase que tiene el poder estructura leyes que le permitan continuar en el poder y estas leyes rigen asuntos privados.
Después, con la llegada de los españoles y la conquista, el grupo de poder determina qué debe pensar el grupo sometido: los españoles imponen su religión, determinan cuáles matrimonios están permitidos y cuáles no, deciden el trabajo al que cada clase social se puede dedicar y la educación que deben recibir.
Durante el porfiriato, la burguesía reclama sus derechos «privados» y se dan diversos cambios, por ejemplo la propiedad de la tierra: tierras que habían sido comunales (o del ejido) se convierten en propiedad privada, pero sólo pueden acceder a ella los que tienen más dinero y las clases sociales marginadas se ven privadas de lo poco que poseían.
Después de la Revolución surgió un Estado controlador que pretendía ser moderno, pero que sentó las bases para que unos pocos se mantuvieran en el poder, se habla de igualdad, libertad, democracia e igualdad. Se crea la ilusión de que los asuntos privados no están controlados por el Estado aunque sigan bajo su jurisdicción. ¿Cuáles son estos asuntos?

Salud integral

La salud es un «estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedades.
La salud es un asunto privado porque cada quien elige cómo cuidarse, qué comer, hacer o no hacer ejercicio, etc. Pero se convierte en un asunto público porque la enfermedad de un grupo considerable de individuos afecta a la sociedad en general. Además, en la Constitución se establece que todos los ciudadanos tenemos derecho a la protección de la salud, para cumplir con ese artículo el Estado debe proveer las condiciones necesarias (como Hospitales, personal médico, medicinas, etc) para que toda la población tenga acceso a la protección de la salud.

Educación

El artículo 3 de la Constitución mexicana dice que la educación debe ser laica, gratuita y obligatoria. El asunto privado es la decisión personal de a qué escuela asistir o qué carrera elegir, pero es de carácter público la responsabilidad de tener escuelas dignas, maestros competentes, un plan de estudios adecuado a la época en que se vive, igualdad de oportunidades para asistir a centros escolares de calidad.

Ejercicio de la sexualidad

Se supone que los ciudadanos mexicanos son libres de ejercer su sexualidad con quien les plazca, pero este punto (que pareciera ser tan privado) se vuelve un asunto público cuando aumentan las enfermedades sexuales, los embarazos en adolescentes, las violaciones e incluso la homofobia.

Es difícil distinguir entre lo público y lo privado cuando toda la sociedad está inmersa en algo que debiera ser una elección personal. Si la sexualidad es un asunto privado entonces no deberían estar prohibidos los matrimonios homosexuales, pero en realidad la sexualidad sigue controlada y regulada por el Estado, quizá no de forma total, pero sí implícitamente al no dar los mismos derechos y obligaciones a parejas heterosexuales u homosexuales.

Adicciones

Este asunto privado se ha convertido en un problema público mayor, con una guerra desatada que ha dejado más de 100,000 muertos. ¿Es un asunto privado la decisión de consumir algún tipo de droga o bebida alcohólica?
En este punto podemos ver un claro ejemplo de cómo las decisiones privadas son convertidas en asuntos de carácter público y cómo el grupo en el poder puede tomar decisiones que favorezcan sus intereses y no a la sociedad en general. Pongamos el ejemplo de la legalización de la marihuana (que ya se ha dado en muchos países) ¿Por qué en México no se legaliza? ¿Quién se vería afectado con la legalización de la marihuana? ¿Los productores, los consumidores, la red del crimen organizado? ¿la salud pública? ¿Crees que fumar y tomar no daña al ser humano, entonces por qué está permitido? ¿qué industria se beneficia? ¿por qué se permiten unas adicciones y otras no? Muchas preguntas para pensar y sacar conclusiones sobre los asuntos privados de carácter público.

El derecho a la privacidad y al bienestar socioafectivo

El bienestar socioafectivo tiene relación con las oportunidades que tiene el ser humano de satisfacer sus necesidades en la sociedad que vive. El Estado mexicano debería garantizar la igualdad de oportunidades de tener un trabajo digno, una vivienda, comida, diversión, acceso a la cultura, etc. El bienestar sociafectivo es el grado de satisfacción que tiene cada ser humano con su vida y el entorno en el que se desarrolla.
Que la privacidad se vuelva pública es un asunto contradictorio, pero el Estado justifica la invasión a al privacidad de los ciudadanos con el pretexto de ofrecer mayor «seguridad». Por eso se pueden intervenir teléfonos, rastrear a los ciudadanos en su actividad por internet o hacer redadas para atrapar criminales. Claro que estas actividades deberán estar ordenadas y justificadas por un proceso jurídico.

Fuentes consultadas

Organización mundial de la salud

Revista Jurídica UNAM

Constitución 

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